Particularmente me considero una persona de izquierda, sin embargo ayer comentaba con mis compañeros que en algunas ocasiones creemos que somos ortodoxos en las formas y eso no me parece que sea ser de derecha. Sin embargo es entrar en un dilema que los Sartori, Giddens o Bobio tratan de categorizar a partir de la historia y sus contextos sociales. Pero que pasa cuando vives en una sociedad líquida y posmoderna o hipermoderna, donde los límites entre el fondo y la forma son laxos y casi incomprensibles por la inercia de las circunstancias.
El punto es que encontre este artículo en el periódico que me parece interesante:
“La izquierda privilegia en su discurso la igualdad, por encima de la libertad, e identifica en su programa el tamaño con la eficacia del Estado. No creo que en este sentido haya sido de izquierda Paz, quien siempre defendió la libertad, sobre todo frente al poder del Estado. Dos ejemplos. A principios de los ochenta, en un discurso que sería célebre, criticó a los sandinistas por no permitir elecciones en Nicaragua. Fue linchado por la izquierda. Pero su actitud era coherente que la que había tenido muchos años antes, a finales de los cuarenta, cuando en París, por medio de su amistad con Kostas Papaioanu, conoció la existencia de los campos de concentración en la Unión Soviética, información que divulgó en la revista Sur cuando nadie la quiso publicar en México. En ambos casos, asumió una actitud rechazada por la izquierda (como fue rechazada por la derecha, a fines de los sesenta, su postura ante Tlatelolco y, a mediados de los noventa, su seducción por el jefe del EZLN). Paz no transitó de la izquierda hacia la derecha.
Pero tampoco hubiera sido políticamente condenable que lo hiciera. Pues el eje progresista-reaccionario es más relevante que la división entre izquierda y derecha (“Son progresistas quienes combaten los mecanismos esclavizadores de la miseria, la ignorancia y la supresión autoritaria de procedimientos democráticos”, dice Fernando Savater). Y la distinción moderno-conservador es igualmente más relevante que la división entre izquierda y derecha (“Modernización significa elaborar políticas que nos permitan adaptarnos a un mundo distinto del anterior, en el que la globalización es el principal motor del cambio”, dice Anthony Giddens). La izquierda, como la derecha, puede ser progresista o reaccionaria, moderna o conservadora. Paz aspiró a ser moderno y progresista, con posturas que fueron a veces de izquierda y a veces de derecha.”
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