miércoles, 9 de enero de 2008

Hoy por hoy el medio es un asco


Con suma molestia e indignación me sumo a las miles de personas que expresamos nuestra inconformidad por salió del aire Carmen Aristegüi hace unos días en su emisión que conducía hace cinco años. Lo cierto es, que este es un acto que represión a la libertad de expresión en los medios de comunicación pese a que el argumento parece trivial, todos sabemos que esta talentosa periodista saco a la luz muchos temas importantes que marcaron la agenda en el país, la parte de curas pederastas, lo de la indígena de Zongolica , darle espacio a Andrés Manuel López Obrador.

Aristegüi se consolido como una voz para los que creemos en una izquierda, como siempre es diversa y heterogénea, pero realmente se necesitaba algún medio que diera a conocer lo que otros no mencionan y como dice Focault, lo que no nombra no existe. Es una tristeza que ya no la podamos escuchar todas las mañanas que aunque no era una mesías de la comunicación caray como hacen falta periodistas con ahincó y para decir lo que se dijo y lo que pasa. Ciertamente yo lo venia venir, por que casos como el Gutierrez ViVo, Ricardo Rocha quién mostraron favoritismo o apertura fueron castigados duramente por el Estado.

Caray, que entiendo pero como me molesta que en este juego de toma todo o nada, nos quedemos sin un mecanismo para expresar las necesidades de un sector. Realmente me molesta lo que pasa pero como esto es un rubro empesarial y no social, la cartas ya fueron echadas.

Por lo que me sumo y suscribo la carta que promueve la AMEDI.

Un saludo

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Declaración de AMEDI sobre la cancelación
del noticiero de Carmen Aristegui

La cancelación del noticiero de Carmen Aristegui en W Radio es una pésima noticia para la vida pública y la democracia en México. En los años recientes, con perseverancia y profesionalismo, ese espacio radiofónico se convirtió en referencia indispensable para conocer asuntos, enfoques y voces que no siempre tenían cabida en otros medios de radiodifusión.
La decisión del grupo PRISA en México, que administra los contenidos de las radiodifusoras de Televisa, confirma los riesgos que ocasiona la concentración de muchos medios en pocas manos. El acaparamiento de frecuencias radiofónicas y televisivas en unas cuantas empresas se ha convertido en uno de los diques más importantes para el desarrollo de la democracia en este país. Esa concentración puede significar restricciones para la libertad de expresión como la que, en la práctica, está ocurriendo con la supresión del programa de la periodista Carmen Aristegui.
Tal decisión, por otra parte, es contradictoria con la amplia audiencia que había alcanzado el noticiero matutino de XEW. La empresa ha manifestado que “el modelo editorial” practicado por Aristegui y su equipo de colaboradores resultaba “incompatible” con los parámetros establecidos por PRISA y Televisa. Lo que ha conocido el público que hasta ahora escuchaba ese noticiero era un desempeño profesional, que ha tenido uno de sus principales méritos en sus enfoques críticos y en el periodismo inquisitivo que desarrolla. La apertura a todas las posiciones involucradas en un acontecimiento, el cumplimiento irrestricto del derecho de réplica y una constante interacción con sus radioescuchas, han sido rasgos del periodismo que ejercen Aristegui y sus colaboradores. Es necesario que los directivos de XEW precisen con cuáles de esos atributos profesionales no están de acuerdo y, desde luego, que expliquen cuál es el “modelo editorial” que proponen para la radio que manejan en México.
Esta decisión es una patente falta de respeto por el interés del público que hasta ahora había tenido esa emisora. En nada se distingue esa actitud del modelo autoritario, ceñido al afán mercantil y a las conveniencias políticas que de él se derivan, que ha sido preponderante en la radiodifusión mexicana. La cancelación del noticiero de Carmen Aristegui ratifica la necesidad de que México cuente con una legislación moderna para la radiodifusión y las telecomunicaciones, que sea capaz de propiciar la pluralidad de contenidos, acotar la concentración mediática y garantizar el respeto a las audiencias.

Asociación Mexicana de Derecho a la Información
México D.F., 4 de enero de 2008.