domingo, 23 de marzo de 2008

La violencia un acto reprobable: Nueva Mayoría hay que saber perder.

Sé que hace meses dejé de usar este espacio, pero eso es una de las cosas que corregiré de ahora en adelante. Lo cierto, es que no pensé que la política podría llegar más bajo de lo que se vivió hace unos días en la asamblea del Distrito Federal, no hay acto más salvaje que usar la violencia, es sin duda el último recurso cuando la sutileza de la negociación se ha limitado a cero a nada.

Aún vivo anonada de ese triste recuerdo que me provoca un fuerte dolor de cabeza de cómo el hotel Crowne Plaza estaba sitiado por un grupo de personas que solo tenían la intención de “romper madres” y lo cito textualmente a “ todos los rojo”. Una infinidad de anomalías que se vivieron desde la seguridad del hotel, la logística de la CNAEDO, el cinismo de algunos y la terrible tensión que se vivía en un ambiente por una disputa donde el hambre de poder no importaba si se tenia que agredir a mujeres embarazadas, ni niños, o cualquier persona que se interpusiera en su camino.

Solo minutos pasaron para los ánimos en el salón de la Primera Asamblea se volviera en una gran batalla de consignas y jaloneos entre cada delegado de ambos bandos, quizá entendía que podría existir y pese a que repruebo fervientemente cualquier tipo de violencia, entendía que la pasión de así evento difícilmente se podría evitar, pero este nivel de uno a uno es digno más no aceptable. Pero lo que es infinitamente reprobable es uno contra 10 que vienen con toda la disposición de golpearte porque para eso fueron contratados ¿En que momento se perdió la prudencia política y sacaron los animales mezquinos con hambre de poder que rebajar el arte de servir a los otros? .Pues cuando una turba de personas con playeras de esa “Nueva Mayoría” que corrió hacia ese salón tirando sillas, pateando a compañeros, aventando vasos de cristal, botellas de agua, disparando latas de refresco he invadiendo de pánico y horror a lo que pretendía ser un acto democrático para la vida de un instituto político.

Más que coraje y rabia, me da mucha pena por el tipo de políticos como Karla Sánchez Armas, Jorge Carlos Díaz Cuervo, Enrique Pérez Correa, Alberto Begne y demás que no quiero gastar mis palabras en nombrar sus nombres, porque son unos cínicos al actuar con agresores que atentaban con la seguridad hasta de sus propios compañeros y lo único que hicieron es no aceptar con dignidad una derrota. Yo sé que la victoria no siempre sonríe a las personas, pero robar no es integro, no es legitimo, no es digno. Pero quizá veo niveles muy altos de personas que usan la violencia y se respaldan en la ilegalidad para consagrarse en una postura de poder espuria.

Me da asco que en el Alternativa Socialdemócrata existan personajes de este tipo y que crean que a la luz pública hay una victima y un victimario. Me parece que no es así la competencia es un valor de la democracia y también la derrotas son aceptables y se aprenden de ellas, pero en esa asamblea me di cuenta que no existieron personas con valores democráticos sino con prácticas totalmente cavernarias.

Ese domingo no perdimos eso debemos reconocerlo solo vivimos la incapacidad de esas personas que violaron su integridad y arriesgaron la de otros, como una comisión se entrego a los brazos de la corrupción, y la como una comisión de entrega y recepción corrieron como delicuentes de bancos con chequeras y demás ante una organización legitima que solo busca espacios hacer de una versión diferente de una izquierda socialdemócrata en México. Pero como dice Alain Tourine debemos crear “ una ciudadanos libres para una sociedad cada vez más injusta”.

Lo cierto, es que se vivirá aún más injusticias y dificultades pero esto no termina hasta que termina, estaremos aquí defendiendo eso muchos que no saben con que se come la utopía.

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